sábado, 19 de septiembre de 2020
COVID 19 nadie sabe lo que puede pasar
Nadie sabe lo que puede pasar. Nos aferramos a nuestras certezas anteriores e interiores para creer y desear que todo esto pase. Lo que no sabemos es lo que vendrá luego, si será más de lo mismo o si, por el contrario, va a haber un cambio enorme en las cosas. En nuestras cosas. Pero esto no lo sabemos.Puede ser que tal vez algunos lo intuyan. Pero, hoy en día, la capacidad de intuir se ha vuelto algo raro, sospechoso, e incluso peligroso. ¡Ese que intuye, ese es un farsante! Nosotros queremos datos, datos que nos confirmen la certeza de nuestros temores y de nuestras esperanzas. Ese que intuye, ese, ese sólo imagina.No hay que hacerle caso. Y mientras observamos o asistimos al desarrollo de los acontecimientos,miramos hacia el cielo, donde las nubes pasan despacio movidas por la ligera brisa de agosto,y nos parece ver, más allá de esas nubes, la luz del día de mañana.
COVID 19 de aquí para allá
No se si llegaré a tiempo a coger el tren, debe pensar la mujer que, tranquilamente, recorre la acera a la sombra de los tilos. Está disfrutando de la mañana, cuando aún no quema el sol. Y sabe, perfectamente, que no va a llegar a tiempo. Es más, ese tren que espera coger ya se ha ido. Y el otro que tiene que llegar para llevarle a ese sitio tan importante, ¡ojalá ese tren no llegase nunca ! Le gustaría estar siempre en esa mañana, recorriendo la acera bajo la sombra de los tilos y su perfume,solo disfrutando de la sensación de estar viva en una mañana hermosa.
COVID 19 el vestido nuevo
COVID 19, series de figuras en el parque
COVID 19 son de otro lugar
Nadie es de aquí. Todos son de otro lugar, algunos lo parecen más que otros, pero ,la mayor parte de las veces, son de otro lugar.
Menos los buenos. Ellos son de aquí, aunque tampoco saben porqué. Ni porqué son los buenos, después de todo, ellos mismos se autodenominan así.
COVID 19 unos andan y otros descansan
Así es, mientras que algunos no paran de moverse, otros tienen que detenerse y descansar. ¿ Descansar de la vida ? Quién sabe. Pero eso te permite dibujar también a las personas sentados en los bancos del parque al lado de los que van arriba y abajo.
COVID 19 dibujo de la figura humana en acción
COVID 19 diferentes figurantes de una función cotidiana
La misma persona que atraviesa la plaza y que puedes dibujar muy rápidamente en diferentes posiciones , cuando la sitúas en la misma hoja, crea una historia. Es evidente que no hay relaciones entre ellos, entre los diferentes figurantes de la vida cotidiana, no se cruzan ni sus miradas ni sus caminos, pero allí los tienes. Es todo un misterio, para ellos y para el dibujante, que torpemente intenta capturar en unos rápidos trazos que no van más allá de los 20 segundos, lo inasible de la existencia y las relaciones humanas. Y, de paso, también refugiarse del calor de las casas estando enmedio de la brisa veraniega de una tarde de agosto.
COVID 19 figuras a la acuarela
COVID 19 la vida en la plaza nunca se detiene
COVID 19 la gente no deja de pasar por aquí
Depende de las horas de la mañana o de la tarde, no siempre podemos dibujar al mismo público, pero en las plazas siempre vemos a muchas mujeres. Siempre van o vuelven de algún sitio, muchas veces van con las bolsas vacías y vuelven con las bolsas llenas, arrastrando pesados carros llenos de víveres, con una gran voluntad atraviesen la polvorienta plaza de un mediodía de agosto.
COVID 19 sabemos que tenemos que ir, pero a veces no sabemos el porqué
COVID 19 los lunes al sol
COVID 19 la tecnología nunca nos dejará solos...
La tecnología nunca nos dejará solos. Siempre podremos estar conectados. Siempre podremos estar vigilados. ¿ Sabemos quién nos vigila, sabemos con quién nos estamos conectando ?
COVID 19, gente que va y viene
COVID 19, no tenemos nada que ver
No tienen nada que ver, pero siempre nos podemos crear una historia. El perro ya estaba cansado de salir a la plaza, pero su dueño quería salir. Su dueño era uno de los buenos, y le gustaba salir al parque que recuerda de cuando él era un niño, sólo que entonces no era un parque, sino un campo, con manzanos y ciruelos y un gran laurel en el centro, a cuya sombra había un pozo.
Los que han venido de otro lugar le desagradan. Son ruidosos y vulgares. Son de otro color, hablan otra lengua, ni siquiera parecen personas. Los desprecia y les tiene asco.
A veces le gustaría tener un perro más grande y no tan viejo. Porque le dan miedo. Dios sabe que podrían hacerle. Él ya es casi un anciano y está demasiado gordo como para correr y escapar.Su perro, cualquiera sabe que ese chucho no constituiría ninguna amenaza. Y ellos nunca van solos. Ella parece inofensiva pero seguro que tiene muchos amigos. Ellos le darían alcance. Nadie sabe lo que podrían hacerle esos animales.
Ya va siendo hora de volver.
COVID 19 , viaje al futuro
Estamos aquí, pero algún día ya no lo estaremos. Y vemos a gente que cada vez está más cerca. Algunos por su edad, y son como niños algunos de ellos, parecen ver el mundo por primera vez desde su vista cansada.
Pero hay otros que se acercan más peligrosamente. En ellos la decadencia ha hecho estragos. A veces la enfermedad, otras veces sólo la decadencia. Y estos son los que dan miedo.Miedo a acabar como ellos.
COVID 19 viajar por la plaza
Existen los nostálgicos de la homogeneidad. Portan banderas casi siempre. Son fáciles de reconocer. Dicen ser tradicionales y convencionales. Son ordenados, tienen valores y normas. Y son los buenos.
Añoran una sociedad que ya no volverá, y que seguramente nunca existió tal y como ellos la recuerdan , en la que todos decían ser como ellos. Ese mundo ya no existe, y por la calle no sólo se cruzan con gente que no sólo, tal vez, piensa diferente, sino que hasta son diferentes a su color de piel, no hablan su mismo idioma,y no son de este país. Ellos son los culpables de todo. El mundo está mal por su culpa, ellos no tendrían que estar aquí.
Es muy fácil reconocerlos, aunque no lleven siempre una bandera o algún símbolo. Ellos siempre se consideran los buenos de la película.
COVID 19 no vamos a quedarnos así
por eso salieron a la calle a vivir, porque no iban a quedarse así. Los llamaron desobedientes , tal vez algunos lo fuesen, pero la gente quería salir al mundo exterior para no soportar la gelidez del mundo interior, ese que ya no se construye, ese que parece cada día más mediatizado por lo que nos han hecho creer. La imagen en el espejo siempre es demasiado dura cuando te quedas más de diez segundos mirándola.
COVID 19 no sabemos lo que tenemos delante
en cada rostro que atisbamos en la calle y que intentamos, torpemente, trasladar a nuestro cuaderno de dibujo,parece haber siempre una historia, algo que contar y que transmitir. No lo podemos saber, en la mayor parte de los casos. A veces escuchamos las conversaciones de otros en las terrazas o en los medios de transporte. Nadie dice nada, pero todo el mundo escucha, algunos ríen, otros se escandalizan pero no lo muestran directamente, solo en sus gestos de desaprobación o de sorpresa. El ser humano es curioso. Y necesitamos saber de nuestros semejantes a pesar del mundo estanco y cerrado en el que vivimos.
COVID 19 la vida nunca se detiene
y, sin embargo, a veces parece necesario. Detenerse, apearse de la voragine de absurdos que amenaza con destruirnos aún más de lo que ya estamos, en un mundo absurdo del cual formamos parte y que no sabes hacia donde va
COVID 19 , no todo es lo que parece en la calle
Picasso decía que para él sus personajes eran como los de una obra de teatro, y que le divertía mucho crear tramas entre las figuras de sus obras. En Picasso siempre hay una historia que contar detrás de sus obras. En la calle parece que no hay ninguna historia en sí, vidas que se cruzan en un segundo bajo un semáforo y que no tienen posibilidad de conectar aunque tengan mucho en común, un lugar en el que puedes estar completament aislado y rodeado de gente a la vez. Esta es la calle que vivimos en las ciudades dormitorio, ahora que todas las ciudades son dormitorio y para algunos tumba en vida.
En el dibujo juntas varios personajes, figuras que has dibujado a diferentes hores, en espacios que no son contiguos, tu los pones dentro de una página y... ya está. El cerebro no descansa nunca. Queremos pensar que existe una relación o una historia entre ellos, y , si no, nos la inventamos.
COVID 19 , siempre pasan varias cosas a la vez
Una mujer llama a alguien a quién no vemos, con exigencia. Hace calor y la cerveza, en la terraza, se le está calentando. Puede ser que lleven mucho tiempo sin verse. El hombre que va hacia el tren, puede ser que no vaya hacia el tren a ver a algún pariente, tal vez sólo quiere recoger las calles ahora que se ha abierto la veda de las aceras. O tal vez no va, sino que vuelve. Siempre pasan varias cosas a la vez. La mujer con su bolsa marrón que vuelve de un funeral, el padre con su niña que quiere un dulce de la cafetería, todas esas vidas se van a cruzar en un instante fugaz, porque siempre pasan varias cosas a la vez.
COVID 19 , unos con y otros sin
Polícias de lo cotidiano, uníos ! Se ha abierto la veda contra el infractor de la mascarilla! Por fin podemos dar rienda suelta al policía que llevamos dentro.
COVID 19 , la lectura también se ha vuelto furtiva...
Sorprende encontrar a alguien que lea del papel, ahora que el papel es una formato que va siendo sustituido por las pantallas de los móviles, fabricadas con materiales que provienen de la explotación de las selvas tropicales africanas o asiáticas y montadas a mano prácticamente por trabajadores que las multinacionales de la información y la tecnología mantienen casi en la semiesclavitud... pero el papel es el gran enemigo del medio ambiente. Aunque yo sigo dibujando en papel y leyendo también en papel, en parte también por una cuestión de conservación de la vista, que intento exponer lo mínimo posible a las pantallas.Y cada vez me resulta más difícil encontrar a nadie leyendo un libro o una revista.
COVID 19, la espera en la plaza
Las plazas son el territorio de los adolescentes, de los niños y de los jubilados. Es el espacio del mundo urbano que encapsula a la naturaleza y al tiempo libre y del ocio, al tiempo del juego y al tiempo de los amigos. Antes no teníamos apenas parques, pero sí estaban los descampados, los terrenos que no habían sido engullidos por la urbanización. Las ciudades estaban creciendo aún. Ahora apenas quedan descampaos, si acaso alguna casa vieja que es derribada para construir un bloque de pisos nuevo. Pero la plaza , el parque, sigue siendo para los mismos, y desde su móvil este adolescente llamaba a su pandilla para vivir nuevas aventuras cada tarde.
COVID 19 , detenerse y mirar
La plaza es como un océano o como un desierto, donde siempre vemos aparecer algunas islas o algún oasis.Son los bancos. Y los ocupan personas que están en el limbo del tiempo y casi de la vida. El jubilado que mira con ojos cansados a los niños que saltan y trepan por los castillos de cuerdas y toboganes de la zona infantil ; los mismos niños que se han cansado de jugar y se refugian en la isla al margen del juego que es el banco para comerse el bocadillo. Sólo hay que detenerse y mirar para ver todo esto.
COVID 19 , cada uno piensa en sus cosas
Y eso es lo que parece. Que cada uno piensa en las cosas de uno. Y esto es lo normal, y nadie se sorprendería al certificar esto.
COVID 19, arriba y abajo de la plaza
COVID 19 , vamos a salir a pasear al perro
Esa era la excusa para abandonar el encierro. Sacar a pasear a los chuchos a los parques, la excusa perfecta para escapar, tomar el sol y respirar aire puro, ni que fuera a través de la dichosa mascarilla. Los animales, siempre contentos cuando les liberan de su prisión de cuatro paredes, tal vez se extrañaron por la suerte inexplicable que les había tocado, la de salir más veces a la calle en una semana que en los tres meses anteriores.
COVID 19 , nos estamos acostumbrando a no vernos las caras
Nos estamos acostumbrando a no vernos las caras, hemos tenido que tapárnoslas para darnos cuenta de lo extraño que resulta ir así todo el día, manteniendo las distancias, desconfiando, bajo la amenaza de la vigilancia de la policía e incluso de la delación de los que se convierten en polícias espontáneos... Orwell y Huxley, ¿ se sorprenderían de todo esto?
COVID 19, la vida sigue... casi igual
COVID 19 , tomamos de nuevo las calles
Eso nos han dicho. Que podemos volver de nuevo a la calle. Bueno, hay gente que nunca se ha ido de allí. Estuvieron todo ese tiempo en la calle, no era una opción. Cuando las calles estaban vacías y silenciosas, ellos siguieron allí. Trabajaban mientras otros simulaban pensar, ordenar y dirigir. Limpiaban las tuberías y los desagües de la ciudad. Pero ni el desinfectante más corrosivo ha podido jamás limpiar de miseria moral a los autoproclamados líderes que desde sus tribunas mediáticas se dedicaron a esparcir otro virus para asi seguir atacando a los que si que han sido y serán imprescindibles.
COVID 19 , las terrazas y las calles, vuelven a bullir de actividad
SI hiciésemos caso de lo que los medios de desinformación proclamaban varias veces al día, la gente vivía pensando solamente en salir a tomarse una cerveza al bar con los amigos.Los medios pretenden crear la realidad, y cuando nuestra relación con el mundo se basa en lo que estos nos dicen, la distorsión de la misma adquiere proporciones monstruosas y puede afectar negativamente a nuestro ánimo. Por eso hay que salir, y dibujar. No basta con ver. Y la nueva normalidad se parece mucho a la antigua, si le quitamos la mascarilla. Nada de grandes oleadas. Lo mismo de siempre.
COVID 19, la gente que pasa camino del ferrocarril
Todos tenemos mucha prisa. El tren está bajo nuestros pies, a veces el piso de la acera vibra con ese monstruo de unos 85 metros de longitud cargado de personas, con sus sueños, preocupaciones, pensamientos, ideas, sentimientos, emociones y deseos. Ese medio de transporte, dicen, de los pobres. Ese medio de transporte que puso a muchos pueblos en el mapa, pueblos que luego se convirtieron en ciudades donde ya nadie se conocía, ciudades donde nadie era de esa ciudad y donde los de la ciudad originaria se sentían extraños e invadidos por los otros, esos que han venido de otro sitio. Porque el tren siempre viene y va hacia otro sitio. Como la vida misma.