viernes, 3 de enero de 2020
Atenas, calles sin turistas
Así, caminando por esas calles, uno se va dando cuenta de cual es el auténtico ritmo de la ciudad que vive su propia existencia fuera del glamour de la apariencia o del espejismo de la perfección. Y aquí es donde Oriente y Occidente son uno sólo.Tiendas de ropa, puestecillos de comida y de chucherías y de dulces de sabor oriental, los pistachos, las almendras, las nueces y las castañas, talleres de coches abiertos, mercados que estaban limpiando los restos del trabajo tras la venta, una ciudad viva más allá del ajetreo de las calles comerciales. La trastienda del turismo.
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