De Roma aparecen los siguientes lugares : Monumento a Vittorio Emmanuelle, Piazza del Popolo, Coloseum, Mercado de Trajano, El Vaticano y la plaza de San Pedro, Santa María Maggiore, leones egipcios de la Fontana de l'Acqua Felice, cerca de Santa Maria della Vittoria,esculturas de Igor Mitoraj en las ruinas de Pompeya.
miércoles, 28 de abril de 2021
Atenas , Roma, urban sketching
miércoles, 7 de abril de 2021
Introportrait landscape II
martes, 6 de abril de 2021
Dibujar del natural. El árbol elefante.
Te crees muy poderoso.Crees que lo puedes controlar todo. Todo está a tu alcance. Sólo tienes que disparar.
4000 kilos y 60 años pueden caer delante de tí sólo con un disparo. Y en sus ojos están grabados tanto el odio más intenso como la incredulidad y el pasmo más desgarradores , porque , ¿ como un ser tan miserable, tan insignificante, tan pequeño, ha podido acabar con el elefante?
La piel rugosa del elefante, que ha visto periodos de sequía y de lluvias, que ha visto morir y nacer a tantos de los suyos por las travesías en grupo de la selva al desierto y a la sábana, es similar a la de éste árbol tropical de la Macaronesia. Y también, como en el caso de este magnífico animal, es recorrida por un ejército de hormigas. Pero tanto el elefante como esta planta saben que ellas no los matarán. Sólo el afilado metal del hacha y el metal de la bala ardiente como el odio pueden acabar con él.
Dibujar del natural. El pozo y la parra en otoño.
Dibujar del natural. El pozo del huerto.
El ave mecánica, rodeado de tan espléndidos adversarios, no volvió a cantar nunca más.
Dibujar del natural. Lo inacabado.
Dibujar es empezar a ver, ver donde empiezan las cosas, donde acaban, como continúan, como se engarzan las unas con las otras, lo que es suelo, lo que es aire, lo que es hoja, tronco, tierra, ladrillo, donde está la presencia humana, que significa todo esto.
Dibujar del natural. La casa en construcción.
Dibujar del natural. El níspero y el ciruelo
Dibujar del natural. Un huertecillo.
Dibujar del natural. Todo lo que está allí.
Todo lo que has visto no se puede dibujar. Sólo dibujas lo que ves. Lo demás, ya sabes que está allí. Los cientos de hojas de los árboles, las decenas de ventanas de los edificios lejanos, los millones de granos de la calzada de hormigón, ya sabes que están allí. Solo tu decides hasta donde quieres representar. Y que es lo que eso significa.
Dibujar del natural. Picado.
Porque, en el fondo, se trata de eso. Es el dibujo el que te enseña lo que tienes delante. Al dibujarlo, no sólo lo estás viendo por primera vez, en cierta manera lo estás creando. Lo estás haciendo visible, un poco como decía Paul Klee, el arte no sólo reproduce lo visible, lo hace visible. Esa teja, las hojas de ese níspero, no existían hasta que tu lápiz no los reproduce sobre el papel.
Dibujar del natural. Una urbanización
Piero della Francesca, como otros tantos, se hubiese sentado y hubiese dibujado con todo detenimiento el ajedrezado cubista de las urbanizaciones que nacen de la casualidad y de las posibilidades de sus modestos constructores, no hubiese tenido que pensar qué escena de la historia sagrada tenía que introducir para poder retratar con todo verismo la impresión que le causaba la sombra del alero de una casa sobre una pared, y la gravedad del aire cálido de una tarde de junio.
No hubiese tenido que hacer nada de todo eso, podría haber pintado la naturaleza sin excusa como hicieron siglos más tarde los impresionistas.
Pero, tal vez, no nos gustasen tanto sus obras, cuando descubrimos detrás de los ángeles y de los comitentes el huerto con su pozo donde Piero y sus amigos, de niños, perseguían lagartijas para montarlas en hojas y depositarlas en el arroyo para ver cual de ellas ganaba .
Dibujar del natural. El limonero del huerto.
La culpa de todo esto la tuvieron los impresionistas. Ese grupo de artistas que decidieron que, sí, los huertos de los arrabales eran tan importantes como Aníbal cruzando los Alpes o Napoleón visitando a los apestados de Jaffa. Miraron su realidad inmediata, su paisanaje urbano, y consumaron la revolución de lo cotidiano. Si Piero della Francesca hubiese pintado en Ille de France en el s.XIX, no hubiese tenido que pintar el Bautismo de Cristo para retratar los campos y caminos de su pueblo.
Lápiz de grafito sobre papel, DINA4
Dibujar del natural. Un terreno.
Siempre hay gente que quiere acabarlo todo, que quiera finalizarlo todo. Es así como mueren las cosas, intentando definirlas demasiado hasta ahogarlas.
Lo mismo le pasa a la naturaleza. Nunca será la misma, tal vez tu no te des cuenta, pero siempre está cambiando,y tu, tu también estás cambiando hacia alguna parte.
Los terrenos no están civilizados, allí puedes hacer lo que quieras, no hay baldosas, no hay que limpiar, no existe lo sucio ni lo limpio como en las casas. También puedes hacer cosas que no podrías hacer de la misma manera entre cuatro paredes. Puedes reír al sol rodeado de luz por todos lados. En su indeterminación, son salvajes, no se someten a ninguna regla. No están civilizados. O tal vez sí...
Dibujar del natural, menos es más
En el arte chino, el espacio tiene la misma importancia que lo que que estás dibujando. Lo que rodea a las cosas es otra cosa misma, tan importante como lo que tu quieres mostrar. No hay contradicción aquí, son solo dos aspectos de la realidad de las cosas.
Por eso a veces , menos es más.Puedes imaginar el camino que continua bajando la pequeña montaña, los árboles que la bordean, la gente con los perros paseando por ese sendero, tal vez por la tarde, tal vez cuando sale el sol. Menos es más.
Dibujar del natural, la caseta agrícola
Antes de la urbanización, aquí hubo un gran campo de olivos, almendros y algarrobos. Las cabras pastaban bajo los árboles. Con frecuencia se construían pequeñas casetas de obra donde guardar los aperos de labranza y las cosechas , ya fuesen estas algarrobas para el ganado o aceitunas para elaborar aceite.
Los gigantes de hierro que tapiaban el horizonte fueron reduciendo el terreno del barro y de la hierba, la caseta se abandonó igual que los campos y ese modo de vida, ahora es un vertedero visitado por ratas y desaprensivos, y un testimonio de tiempos pasados que, para algunos, serían difíciles de imaginar.
Lápiz de grafito sobre papel, DINA4
Dibujar la naturaleza del natural, un terreno
En la periferia de las ciudades, en ese límite entre lo asfaltado y el barro, entre la tierra y el cemento, en esa tierra de nadie hasta que lleguen las excavadores y las vigas de hormigón, se sitúan los terrenos. En ellos la clase trabajadora instala pequeños huertos hasta la llegada del suelo urbanizable, los containers, las aceras y los coches. Poco a poco el avance del monstruo urbano va devorando los cada vez más escasos terrenos, oasis de naturaleza donde sobreviven pájaros y pequeños mamíferos en los restos de la antigua vegetación mediterránea de secano : almendros, cerezos, algarrobos y olivos.
Dibujar la naturaleza del natural
Lo bueno de la naturaleza es, siempre, estar en la naturaleza misma. Al contemplar de nuevo los dibujos, recuerdas el olor de los pinos, la temperatura del aire, el zumbido de las moscas, los tejados que se derriten con el sol del verano, te parece que vuelves a estar de nuevo allí
Lápiz de grafito sobre papel, DINA4