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miércoles, 3 de julio de 2013

STL METROPOL, revista de literatura posmoderna


https://docs.google.com/file/d/0Bz-DdLAPDDQMMW9MWmk0SER0aFE/edit?usp=sharing

Y, de nuevo, otro incunable, esta vez la revista STL METROPOL, revista de literatura posmoderna, que publicamos también hace unos 15 años dentro de la desaparecida Asociación Artística Contraccions, de Sant Boi de Llobregat, en plena era pre-informática.

Asmodeo, de Daniel Coro Tapper

https://docs.google.com/file/d/0Bz-DdLAPDDQMcW54dTVBTXVFVVk/edit?usp=sharing

He aquí el enlace a un documento realmente excepcional, la revista manuscrita Asmodeo, que publicara Daniel Coro Tapper hace unos 15 años, dentro de la Asociación Artística Contraccions, ya desaparecida.

sábado, 11 de mayo de 2013

Sant Boi, Barrio naciente


                         Ya no me quedan muchos años para volver a ver esto, ni tampoco queda mucho espacio en blanco, en blanco para que pudiera volver a ser posible erigir, no sólo los edificios, sino las fantasías de progreso que los sustentaron. Aunque los emisarios de la muerte, como dijera Nietzsche, no han desaparecido, ni se han refinado, ni siquiera han cambiado su disfraz, no han destrozado sus antiguas banderas, sólo las han forjado de nuevo con hilo de alambre y oro y sangre. Como siempre han hecho.

Grúa cubista?


para que nos dicen que siempre estarán aquí, vigilándonos desde sus metálicas vigas, como heraldos del nuevo orden, atentas a todos nuestros movimientos para despojarnos de nuestro vacío, pero sólo por un corto espacio de tiempo.

Sant Boi, ya no están



Aunque tuvieran su época dorada, un día sus efectivos comenzaron a disminuir, aunque jamás lograron desaparecer del todo, porque aparecieron de nuevo para derribar edificios como estos del psiquiátrico, que ya a finales del 2012 dejaron de existir

Sant Boi, Marianao y la antigua bóvila, 1993


Como aquellos que quisieron creer en aquellas palabras de maravilla, de prosperidad, de libertad, como todas aquellas consignas, todos aquellos ruegos, todo aquel cree en mi realidad, cree que yo voy a defenderte, cree que tu eres uno de los nuestros.. que Dios no ha muerto!
Sólo pudimos creer en las luces de la tarde modelando las fachadas y calentando los balcones de los pisos y el horizonte contaminado no sólo de vapor de automóviles imposibles, sino de promesas huecas, por no decir mentiras perversas

Sant Boi, nuevo y ruina


Y el caso es que, nada más nacer, el esqueleto a medio formar también se parecía mucho a una ruina, como si realmente augurara nuestro tiempo, donde lo nuevo parece casi un eco de algo pasado, donde las soluciones se nos antojan la antesala de una ruina ya vivida; no siempre, pero en aquellos días, algunos momentos, esas nuevas construcciones nos parecieron formidables, promesas de un futuro próspero

Sant Boi, construcción


No se podía negar, aún así, que resultaba impresionante todo lo que eran capaces de hacer. Y extraño, que pareciese  nuevo y viejo a la vez, y muerto y nuevo

Sant Boi, nocturno


la luz de la luna dibuja por las escaleras el camino hacia una azotea a ninguna parte, en el cielo a veces se entrevé alguna estrella a pesar de las nubes y de las luces de la ciudad que transforman el luce en una masa gaseosa de materia iridiscente, sabemos que no se han escuchado todavía las voces de los habitantes de las nuevas estancias, las pisadas cansadas tras volver del trabajo escaleras arriba, aunque la brisa que mueve los cables metálicos hace que oigamos las voces de esos fantasmas del futuro

En construcción


Aunque las estructuras que levantaban en los solares que hicieran durante tantos años de patio de juegos y de trastero de promesas electorales de urbanización y decoro, aunque fueran realmente el esqueleto de los futuros hogares, tal vez de los nuestros, un algo de fúnebre presencia parecia filtrarse por entre las columnas, entre las paredes y los recuerdos aún por nacer

Sant Boi, el nacimiento de la tragedia


Siempre hubo algo amenazador en su presencia, en la vigilancia a la que se nos sometía desde las alturas, a la inexpugnabilidad de su altura y a la ausencia de compasión de sus siluetas

Sant Boi, grúas atardecer


Y, aunque en poco tiempo se multiplicaron y lo que entonces fueron presencias extrañas habían pasado a ser completamente familiares y cotidianas, el que nos vigilasen orgullosas desde sus alturas metálicas, y el que escribiesen en el firmamento con tinta hecha de placas de hormigos, ladrillos y vigas de acero

Sant Boi de Llobregat, grúas, mañana y noche



Jamás supimos la verdad de ninguna de las historias ni de ningún mito, sólo miramos hacia arriba y allí estaban , dominando en el horizonte de la ciudad un nuevo paisaje , y tapando cada vez más las copas de los pinos y los robles de las montañas

Sant Boi de Llobregat, el cielo


Otras teorías, otros mitos, insistian en que habian sido enviadas por los dioses para construir las nuevas moradas de nosotros, sus súbditos, y que se abría para todos una época de prosperidad, riqueza y plenitud jamás vista por nadie en toda la tierra. Y que ellos, los creadores de tamaña empresa, hacían descender las grúas desde las nubes hasta la tierra cada mañana, y que sus operarios eran trabajadores celestes que cada tarde entraban en las caseta colgadas de las grúas a la espera de que los dioses estirasen desde el cielo y los devolviesen a su lecho de nubes.

Sant Boi de Llobregat, del cielo o de la tierra



Muchas veces discutíamos sobre cómo habían llegado a nosotros, y aunque la lógica nos decía que habían sido construidas por estratos, poco a poco, paso a paso, sin que nosotros lo supiéramos, sin sospecharlo siquiera, y desde luego sin ninguna posibilidad de poder evitar nada de lo vendría después, lo cierto es que elaboramos teorías más fantasiosas acerca de su llegada a la tierra

Sant Boi de Llobregat, días de gloria


Inmediatamente después, y como por arte de magia, se alzaron aquellas enormes estructuras encima de los cuadriláteros arcillosos ya cubiertos de alambres, placas de hormigón y enormes lonas de plástico que sepultaban los resto del antaño patio de juegos del barrio.

El vientre, la hormigonera


En las tórridas tardes de verano y en las mañanas frías del mes de enero el vientre de la máquina gestaba y daba a luz el alimento de los edificios,vomitando el cemento para formar las columnas como el cuerpo forma con la sangre los músculos y la piel por encima de los huesos, así el hormigón iba cubriendo el esqueleto de alambre que iniciaba su ascensión a los cielos .

Nacimiento de un edificio



Tras el trazado de aquellos canales y avenidas arcillosos, enmedio de los cuadriláteros de tierra brotaban, como si en el fondo del mar estuviéramos, columnas de metal y alambre que se asemejaban a curiosas plantas o animales marinos que, movidos por las olas, buscar atrapar en el agua alguna minúscula partícula de alimento; sólo que estos eran básicamente estáticos, siempre protegidos por el cantar de las sierras y de los martillos.

Sant Boi. Sant Ramon desde la Ronda antes de su urbanización



Al principio, notábamos como la tierra se había abierto, por la acción de unas potentes fauces, palas excavadoras que dejaban al descubierto la arcilla roja como la sangre y los cadáveres de animalejos casi prehistóricos, caracoles, escolopendras, manillares de bicicleta o tubos de escape de coches de épocas antediluvianas.

Sant Boi. Pabellón del Antiguo Psiquiátrico, ya desaparecido


Parece que todo tiene que pasar por una razón, o tal vez por un cierto número de ellas, concatenadas, enlazadas, que causan el cambio y el desarrollo, degradación o retroceso de las cosas. Nadie lo sabe, aunque lo cierto es que el advenimiento de los ptdrodáctilos de acero acabó con muchas de las viejas estructuras y de los espacios vacíos al tiempo que surgían nuevas necesidades, nuevas familias.

grúas


A mediados de los años 90 del pasado siglo, al principio no de una forma demasiado ostentosa, el paisaje comenzó a cambiar. Surgieron como caídas del cielo enormes grúas que, como animales prehistóricos de un futuro apocalíptico, arañaban el cielo y barrían los descampados, huertos y campos de frutales abandonados a su paso

Sant Boi, aquellas lluvias trajeron estos lodos...


sábado, 9 de marzo de 2013

Delacroix los tigres



    Los tigres de Delacroix , que pinta a gran formato y a todo color, son un raro ejemplo de retrato de animal salvaje, muy diferentes de cuandos los incluye en sus fábulas románticas como devoradores de pirncesas: aquí se trata simplemente de animales de animales salvajes y hermosos descansando, ajenos a la mirada humana ( en otras obras, repito, no será tan " objetivo" y aplicará a la mirada de sus felinos la misma rabia que a sus cazadores berberiscos ) En mi opinión, Delacroix se acerca aquí a la visión de Rembrandt o de lagunos dibujos de Durero, autores que intentan retratar a los animales sin proyectar en ellos rastro alguno de sentimientos o expresiones humanas.

Goya Los embozados

Porque el mismo romanticismo podría encontrar en esta escena de bandolerismo de Goya, y realmente la encuentro, el cuadro es sin duda magnífico, el tratamiento de la vegetación y de la luz, loa luminosidad de la escena, los tipos populares que retrata, no nos debe hacer olvidad que esta pintado una escena de bandolerismo, pero de andar por casa ( no hay una sensación de peligro, como podemos encontrar en tantas obras de Delacroix, no está ilustrando un cuento romántico más, Goya no es un viajero de lo exótico como Delacroix o como después lo serían Gauguin y van Gogh ). Da la sensación de que, aquí, en este claro del bosque donde se han encontrado, todos se conocen ¿ quién sabe si Goya retrató una escena que realmente había vivido o que le contaron ? es difícil de precisar, solamente tengo la impresión de que, tal vez, pudiera conocer a los protagonistas de sus obras.

Delacroix caza del león

En las escenas de Delacroix, en sus cacerías de leones norteafricanos ( extintos a mediados del pasado siglo) por jinetes tan o más salvajes que las fieras, me parece estar viendo una de aquellas películas de aventuras en las que el héroe tenía que salvar a la dama, espada o pistola en ristre, de las fauces de los felinos o de los salvajes incivilizados, un mundo de peligro, excitación y aventura.



Goya y el Parasol

El mundo de Goya parece menos impresionante, menos novelesco,su mirada es más directa, menos dada a entusiasmarse con la promesa de una vida llena de aventuras, riesgos y peligros, una vida de folletín como la que soñaba Delacroix, tal vez porque ya la tenía. En todo caso, Goya es tan cercano a veces que asusta, porque en el trasfondo de las caras sonrientes que retrata en los inicios de su carrera, en esos peleles voladores, en el baile de la gallina ciega con el fondo de la sierra y esas mujeres con caras de muñecas de porcelana, felices y misteriosas, se esconde algo que no es precisamente lo que nos prometen esas escenas, bajo la felicidad hay algo turbio, parece pintarnos.

Eugène Delacroix, pelea de caballos

Tal vez se deba a que el mundo romántico que retrata y evoca Delacroix se ha quedado en mera fantasía, en ese exotismo orientalista tantas retratado por las películas , por los cómics, por la industria del entretenimiento y del ocio, de tal manera que ese mundo que en el s.XIX  parecía tan fascinante ahora forma parte del imaginario colectivo;  el mundo de las aventuras en países exóticos, ese mundo que reclama la presencia del héroe, ese mundo que era la proyectación de una fantasía y que ahora no existe ni siquiera como esa fantasía.

Goya versus Delacroix



El pasado 2012 tuvimos la ocasión de ver confrontados a dos grandes maestros del romanticismo en el CaixaForum de Barcelona, Goya y Delacroix. He de decir que,al tener a los dos artistas juntos, Goya me siguió pareciendo más profundo y más actual que el pintor francés, pero ¿ porqué ?