Apuntes del natural tomados en Salobreña, Costa Tropical de Granada, después de visitar el castillo árabe, desde una de sus cafeterías a la sombra del mediodía... que no consigue mitigar las calores que se avecinaban. Y es que a partir de las 12 del mediodía y hasta bien entrada la tarde no hay quien pueda estar en la calle, ni personas, ni animales, ni cosas, que parecen derretirse y que te queman al tocarlas. La gente camina presurosa hacia las sombras, los animales jadean y se mueven con torpeza, las personas miran hacia el cielo a ver si atisban alguna nube ( hoy tampoco hay suerte ), o se acodan en las parterres de las flores, a la ¿sombra? de alguna palmera ( ese árbol tan absurdamente plantado por toda la costa, que ni sombra ni frescura alguna ofrece, sólo refugio para los nidos de las cotorritas argentinas ) para hablar por el móvil, o arrastran los carros de la compra, ataviados con esa ropa fina de verano y con el típico sombrero de palma , con presura, antes de que den las doce del mediodía y todo bicho bicho viviente que ande por las calles sea reducido a la nada.
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