Porque,detrás de la escenificación del poder que se realiza en la arquitectura de la ciudad, desde el imperio romano, pasando por el Renacimiento y por el Barroco, late toda la miseria de la sociedad, late toda esa grandeza venida a menos que quiso eternizarse en piedras y en frescos, en palacios y en villas, en jardines de imposible belleza.Porque la primera vez que vienes a Roma ves un poco lo mismo que en todos los lugares turistaníes del mundo, ese concepto internacionalmente mantenido en función de lo que un turista de clase media burguesa espera ; restaurantes, museos,tiendas de helados y pakis, vendedores de paloselfies y zinghari que te intentarán timar en el metro, en fin, te da igual estar en Roma que en Londres o en Lisboa, en cualquiera de esos sitios te puedes beber una coca cola y sabrá prácticamente igual que la que te bebes en tu casa. Pero Roma no es una ciudad turistaní cualquiera, estamos frente a la ciudad turistaní más longeva del mundo, lleva mil años siendo foco de atracción del mundo, y tal vez una sola visita no es suficiente para vivir realmente con el ritmo de la ciudad.
jueves, 24 de diciembre de 2015
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