Y sin embargo, vive gente.Y no son ni Leonardo,ni Brunelleschi,ni Alberti.Tal vez se llamen Giovanni,Carla,Su,Teresa o Alice,y algunos llevan allí lustros y otros sólo unas horas, y también existen para ellos los lunes, aunque para unos es un lunes más viendo el Duomo para ir a trabajar al banco o al restaurante, y para otros el primer lunes de sus vacaciones y salen a desayunar a la foccaceria y al cajero del banco.Los lunes en Florencia son un poco como los lunes en todos los sitios, sólo cambia que aquí esperas que te sobrevenga el síndrome de Stendhal al volver una calle o al entrar a una tienda y encontrarte con unos ojos de Botticelli, y en otros has vuelto a casa y te has dado cuenta de que, sí, esa mirada se parecía mucho a lo que habías leído del dichoso síndrome, y que nunca lo habías esperado.Aunque en ningún sitio está escrito que en Florencia no te puedas emborrachar de esa belleza que te han vendido tantas veces.No todo está escrito,ni pintado.
domingo, 18 de abril de 2010
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