miércoles, 29 de septiembre de 2010
Al norte de Lanzarote se halla la isla de La Graciosa.Cabe imaginar pocos lugares tan tranquilos como éste.Una tierra de contrastes elementales y simples: la tierra, el mar,el cielo.Y nada más.Y esto es suficiente, porque nos permite reconocer la verdadera dimensión de las cosas.Al estar todo a la vista,la desnudez de esta tierra me sugiere poderosamente las cosas simples, sin complicaciones.Aunque la vida aquí es simple,no debe estar exenta de complicaciones.Un trozo de mundo que funciona a pesar de todo y de todos, y que en su aislamiento siempre he pensado que ofrece una vía para comunicarse con uno mismo.
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