miércoles, 29 de septiembre de 2010
Desde la playa de la Graciosa se recortan los impresionantes riscos de Famara del norte de Lanzarote, separados por una lengua de agua de un azul intenso.Si pensaba que Lanzarote es pequeña, la Graciosa lo es aún más, comunicada por dos barcos cada día con la isla.Aquí te puedes abstraer del mundo, y me imagino viviendo un tiempo aquí, he llegado a creer que una semana en esta isla sería casi como un año.Todo está tan lejos, y lo que hay aquí es tan limitado...El viento es capaz de eliminar de tu cabeza muchas de las tonterías que la ciudad te causa, esa basura que se aposento por las tardes y de la que cuesta tanto deshacerse.
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