domingo, 30 de mayo de 2010
Se hizo rico en Cuba y fue marqués.Y se trajo del Caribe las palmeras, el lago con las barcas, un reflejo del Paraíso al lado de Barcelona.Y se construyó su palacio, que para nosotros era como un castillo, o el sitio donde se hacía la F.P y después donde te renovabas el carnet de conducir, y ahora solamente un lugar cubierto con una red desde hace dos años, como un fantasma que ya no intimida ni asusta, más bien amenaza ruina y destrucción como tantas otras cosas.Y pienso en aquellos que marcharon a América , A Cuba, al Caribe, a donde tantos van ahora, y en como volvieron ricos y poderosos y erigieron sus castillos y palacetes como señores feudales, en como se trajeron su rom cremat y sus habaneras melancólicas, y en como astutamente no han contado toda la historia.En que esos palacios, esas dulces canciones, se hicieron a golpe de látigo contra las espaldas de los esclavos y de las esclavas, y que esos hombres y mujeres fueron traicionados por sus propios compatriotas en África, no hay ninguna raza superior a otra, todas nos igualamos en la miseria.
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