codigo qr

Generador de Códigos QR Codes

domingo, 26 de abril de 2020

Paisajes para cuando no podemos salir de casa, las cosas hacen un mundo

 
Ignoro con exactitud cual es el primer bodegón catalogado como tal en la pintura, si fue en las cuevas del paleolítico, en Sumer o en Egipto... pero lo que sí que me queda claro es que van más allá de certificar una realidad matérica de los objetos. Si es que esto puede ser posible en arte. En todo caso, lo cierto es que nuestra propia época tiene unos materiales y objetos que la diferencian de otras. Si en esas maravillas barrocas , aparte de los alimentos comestibles y las flores, encontramos  la madera, el metal, las telas, la cerámica, en nuestra época el plástico es omnipresente y no puede ser ignorado. Para estos bodegones, carboncillo sobre papel de 50x70 cm, utilicé cartón, plástico en diferentes estados ( ligero, como en las bolsas, o sólido como en las botellas y el hule ) el cartón y la cerámica.

Paisajes para cuando no podemos salir de casa, mirar los objetos como un paisaje


Mirar la realidad más inmediata como si fuese un paisaje, las arquitecturas de los objetos cotidianos, volver a inspirar el tiempo desde la quietud, percibir la cualidad matérica de los objetos más humildes, todo eso y mucho más es el arte del bodegón. Prestas atención a las objetos más humildes, a aquellos que ignoras en el transcurso de la acelerada vida cotidiana.
Me acuerdo de La Fuente de Duchamp, ese urinario que él coloca en una exposición para que pensemos de nuevo sobre las cosas. Convertir la percepción de nuestro mundo en algo importante y único. Aquí reside la grandeza de Duchamp, tan mal interpretada a lo largo del s.XX y parte del s.XXI

martes, 7 de abril de 2020

Paisajes para cuando no podemos salir de casa... Ruanda

     
Hace ya algunos años que se produjo, más o menos por estas fechas, uno de los episodios más escalofriantes de la historia humana moderna, y en concreto africana, como fue el genocidio de Ruanda, en pleno corazón de África. Comenzado al principio como un proyecto educativo dentro de una serie de actividades más amplias ( que incluía el visionada de películas, la realización de cómics y textos, la pintura mural y la confección de máscaras de inspiración africana ), la animación muestra una serie de paisajes y animales de la sabana y la selva ruandesa, junto con imágenes del terror de las matanzas de la época y algunos dibujos de estudiantes tratados con programas de edición de imagen y de video digitales.
Era muy fácil caer en lo escabroso del tema, sobretodo en esta época de amnesia sensorial en que parece que todo está demasiado lejos para que nos afecta, menos lo infinitamente pequeño. La belleza y majestuosidad de los paisajes del África Central, la selva de los cómics y las películas de Tarzán y de tantos otros, su poderosa presencia en nuestro imaginario sobre lo salvaje, heredado a través del éxodo del campo a las ciudades, ha sido un elemento más importante a la hora de realizar esta animación que el descenso a los infiernos expresionistas de la barbarie.
Ruanda, nombre dado a ese territorio mítico y legendario del centro de África que sí existe realmente, y cuya naturaleza salvaje, a pesar de todas sus agresiones, seguro que supera todo lo que podamos imaginar.