A veces, el resultado parece congelado, casi como una fotografía. Sin embargo, esto sólo lo es a primera vista. El lápiz tiene la agilidad necesaria para conseguir que no se empaste el dibujo, que no parezca pesado cuando no tiene que serlo. En el caso de esta vista montañosa, tal vez lo más difícil fue el dibujo de las nieblas que ascienden por la izquierda, lo que no es. Combinar la definición con la indeterminación de lo que no se puede dibujar, la nada de las nubes. Recuerdo algunos dibujos magistrales de Picasso donde la mancha y la línea de la tinta consiguen dibujar la nada, aunque el tema era el cuerpo humano en vez del paisaje.
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