
Paso por delante y aún me sigo girando porque me parece que, efectivamente, allí todavía hay alguien, y oigo el sonido del aceite, y huelo el pescando, percibo el movimiento dentro de la casa, las voces, las historias.
Pero allí no hay nadie, hace años que está deshabitada, y ya no se contarán más historias sobre esa casa, tal vez se cuente la historia de su derrumbe.
Se trata de una ilusión de mi mente.Pero me gusta la sensación de pasar y creer que todavia sigue habiendo vida allí dentro, que ese tiempo puede ser recreado al pasar por delante de la reja, que se puede recordar un olor, y una voz.
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