
Esta carretera fue antinguamente un lodazal salpicado de algarrobos donde corrían los conejos, en la actualidad son los coches y las motos los que lo recorren velozmente, rumbo hacia otros barrios, tal vez hacia el mar, que, aunque no lo parezca, no está muy lejos de aquí.
Tal vez algún día, este camino llegue hasta el mar, cuando construyan un túnel bajo las pistas del aeropuerto.
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