Lo más divertido de esas visitas comentadas son las tesis con las que explican las obras, y que curiosamente coinciden con las ideologías de lo políticamente correcto de algunos, travestidos de modernez. Una guía comentaba que Plensa esculpía las niñas en el momento de la pubertad porque le parecía el punto de la máxima belleza, de una belleza transitoria, del paso de un estado vital a otro, hasta aquí bien... pero claro, eso fue después de hablar sobre arte y cuestión de género...¡ Poco le faltó para acusar a Plensa de protopederasta porque esculpía el paso de la pubertad a la adolescencia, del abandono de la inocencia de la niñez para entrar en la conciencia del paso del tiempo de la adolescencia! Ahora, como antes, va a ser la ideología la que le dicte al artista que es lo que debe considerar o no bello, o interesante, o digno de su objeto de trabajo. Una exposición que reclamaba silencio, que no existía por ningún lado.
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