Todo el mundo conoce la Sagrada Familia, pero en Santa Coloma de Cervelló se encuentra la génesis de la estructura biomórfica absolutamente genial de Antoni Gaudí, en su inacabada iglesia de la Colònia Güell, la cripta, ese espacio alucinante que es como el vientre de la ballena en la historia de Jonás. En pocos lugares se puede experimentar una sensación de espacio como en este lugar. Desnaturalizada por el turismo, que al monetizar su visita lo que ha hecho ha sido traicionar el espíritu wagneriano de Gaudí, la visita a la cripta ya no será nunca la misma. Fiel a su espíritu romántico, la transición entre el pinar y el interior de la cripta debía ser natural. Las cortezas de los pinos, su textura, es parecida a las de las columnas y a los muros, así como las columnas , los paraboloides hiperbólicos que son una geometrización del árbol hecho arquitectura, así como la misteriosa penumbra del interior de la cripta, rota por los rayos de luz que entran por las vidrieras coloreadas a la manera de los ventanales góticos. En vez de ir caminando por el bosque de pinos para desembocar en el vientre de la ballena de Jonás que era la Cripta Güell, ahora tenemos una valla de metal verde, y un vigilante para controlar tu acceso.No podrás tener la misma sensación de estar descubriendo algo como los que , siendo niños, y sin tener concienca de su importancia en la historia de la arquitectura moderna, entràbamos en ese espacio que nos dejaba boquiabiertos.
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