Atormentado por su condición de homosexual profundamente católico, enfrentado a todos los artistas, considerado divino por muchos y también por él mismo, la belleza ideal que representa en la Capilla Sixtina es tal vez la representación de la vida que él no pudo poseer jamás. Se le consideraba notablemente feo, y ello unido a su carácter irascible y violento, hizo de él una persona de difícil trato en comparación con su rival Leonardo da Vinci o con el joven Rafael Sanzio.
viernes, 25 de diciembre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario