Y en el centro de ese torbellino, Dios con su gesto vengativo, justiciero, desencadena todo este bing bang que emociones que traspasa los tiempos. Hasta el día de hoy, el Juicio Final sigue impresionando cunado la vemos en directo. Preludio del manierismo y me atrevería a decir que a ratos hasta puede parecer pre-romántica, el cuerpo humano como centro de la práctica artística quizás sea la aportación más duradera a la historia del arte por parte del genio de Carrara.
viernes, 25 de diciembre de 2015
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