En Superman todos vimos por primera vez el skyline de la ciudad moderna por antonomasia, Nueva York, y cuando salíamos y mirábamos la altura del rascacielos desde nuestros 5 años nos podíamos sentir un poco allí, y como si el mísmisimo King Kong pudiera aparecer cualquier día y encaramarse en todo lo alto a derribar con sus manazas aviones y helicópteros.
En efecto, el cine y el cómic son los que poderosamente configuraron nuestra visión sobre la realidad.En aquel barrio de nueva factura el " arte " sólo existía en los cuadros de bodegón o de paisaje de los comedores que se compraban en las tiendas de muebles, o en los dominicales de los periódicos donde se anunciaba la exposición de algún pintor famoso que vendía obras por muchos millones, y eso lo puede hacer cualquiera... etc .
Pero King Kong podía asomarse desde lo alto del rascacielos y Superman lo estaría vigilando desde nuestra camiseta.
Y esta fantasía era más real que cualquier otra ficción.
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