Y eso es lo que parece. Que cada uno piensa en las cosas de uno. Y esto es lo normal, y nadie se sorprendería al certificar esto.
Pero también están los que dicen que piensan en las cosas de otros, e incluso en las cosas de todos. Pero sabemos que no es verdad. Sabemos que piensan en sus cosas , como todos los demás. En su soberbia , creen que nos engañan. Con nuestra piedad, o tal vez nuestra desidia, fingimos no darnos cuenta de nada.
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