No es nadie y es de noche. Sólo se oyen los ruidos de los trenes y del metro al fondo. Sólo se trata de eso. Los sonidos de los vagones parando y arrancando sobre los raíles. Tal vez te encuentres con los últimos transeúntes que regresan a su casa. O a esos gentes que no saben de donde vienen ni a dónde van, pero siempre están por aquí.
No te mirarán siquiera. No eres importante. Sólo van a ignorarte. Como casi siempre. Como mucho, tal vez perciban tu presencia y miren hacia otro lado. No hay de que preocuparse. No va a pasarte nada.
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