¿ Cómo se podía ir así por la vida? Aquel personaje era un compendio de la sordidez y la estupidez concentradas en aquel rostro vulgar y el rictus de suficiencia y soberbia del que está orgulloso de sí mismo aunque nadie entienda el porqué.
Y lo peor de todo es que , cada vez que pasaba por el taller mecánico tenía que ver su espantoso rostro y escuchar su voz y sus bromas idiotas, su sonrisa socarrona, todo lo que le sacaba de quicio.
Porque ella era una mujer seria, competente, profesional, rigurosa, de su tiempo, y no un espantajo manchado de grasa de coches , y seguro que aquel sujeto ganaba más que ella en su sucio taller,más que ella , rodeada de ordenadores, impresoras, flores de plástico y ambientadores eléctricos. Esos parásitos que habían venido a nuestro país a aprovecharse de nuestro sistema, desde las profundidades de la Europa Eslava, esos sucios inmigrantes... al menos ella era de este país aunque sus padres vinieron hace décadas del campo, un sitio al que ella no piensa volver jamás.
Lo que no entiende es porque nunca puede limpiarse la grasa y la tierra de sus manos...
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